Un buen día de trabajo necesita una buena noche de descanso.
A lo largo de nuestra vida, aprendimos a valorar el éxito según nuestras ganancias y posición, pero ¿realmente es lo que queremos o simplemente cumplimos expectativas pasadas? No estoy diciendo que no sea importante, pero es hora de actualizar esta enseñanza y equilibrar los siguientes puntos clave:
1. Salud Mental: Prioriza tu bienestar emocional y evita el agotamiento.
2. Salud Física: Cuida tu cuerpo; no sacrifiques tu apariencia física por logros profesionales.
3. Disfruta lo que haces: Elige una carrera que te apasione para encontrar satisfacción en tu trabajo diario.
4. Impacto en la sociedad: Contribuye de manera positiva al mundo que te rodea.
5. Tiempo libre: Asegúrate de tener momentos de descanso y disfrute personal.
6. Ingreso: Aunque es relevante, no sacrifiques otros aspectos importantes solo por un mejor salario.
Podríamos tener el mejor puesto y sueldo, pero ¿de qué sirve eso si descuidamos nuestra salud mental, física y no disfrutamos lo que hacemos? Es esencial reconsiderar estos aspectos como salarios no financieros y transmitirlos a nuestro equipo. El rendimiento y la identificación con la empresa aumentarán si tomamos en cuenta las preferencias individuales al recompensar.
Recomendaciones para evitar desequilibrios:
1. Convive con tu equipo de trabajo: Conocerlos personalmente fortalece la relación laboral.
2. Descubre sus pasiones: Entender lo que les apasiona facilita la creación de ambientes laborales positivos.
3. Encuestas de compensación: Realiza encuestas para comprender las necesidades individuales de compensación.
4. Reconoce acciones: Valora y reconoce las contribuciones de cada miembro del equipo.
Al considerar estos aspectos, no solo maximizamos la productividad, sino que también fomentamos la identificación y lealtad hacia la empresa. No olvides que las compensaciones no solo son financieras; también incluyen aspectos que mejoran la calidad de vida y la satisfacción laboral.
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